jueves, 24 de abril de 2014
FRANCISCO IRIARTE CONDE
Francisco Iriarte Conde quien recibió el honroso titulo de “Padre del Estado de Sinaloa”, por haber sido el principal consumador de la separación de Sinaloa del Estado Libre de Occidente. El 14 de octubre de 1830 el Congreso Nacional de México decretó la división de Sinaloa y Sonora, constituyéndose en entidades pertenecientes a la Federación. Fue una larga y tenaz lucha la que emprendió don Francisco, enfrentándose a poderosos grupos de políticos sonorenses y sinaloenses, que no estaban de acuerdo con este movimiento separatista. Esta pelea frontal la realizó desde la tribuna de la Diputación Provincial de Sinaloa, creada en 1823 y posteriormente en su carácter de vicegobernador de Sinaloa.
Don Francisco Iriarte nació en el seno de una familia adinerada en Real de Cosalá de las Once mil Vírgenes (hoy Cosalá) el 6 de septiembre de 1790. Sus padres se dedicaron a la explotación de ricas minas de oro y plata, actividad que prosiguió el hijo hasta alcanzar una envidiable situación de holgura económica.
Este cosalteco se invistió como diputado provincial, en donde su capacidad y energía se pusieron de manifiesto dado que en esos días en que se debatía el futuro de México, se iniciaron los choques que habrían de llevar a la delimitación de los campos ideológicos y a la formación de los partidos conservador y liberal. Los integrantes de ambas tendencias luchaban decididamente por la preponderancia partidista y la pugna no reparaba en medios. La cabeza de los conservadores era el obispo de Sonora, Fray Bernardo del Espíritu Santo, cuya agresividad en materia política conocía todo el mundo y quien siendo la figura dominaba al noroccidente, era el blanco de los criollos que anhelaban el poder. Iriarte, aunque de reconocida filiación liberal, tenía que guardar el equilibró y no aparecer como parcial y para esto le ayudaba la virtud de la prudencia.
Uno de los problemas más serios que enfrentó fue el de las elecciones para diputados al Congreso Constituyente de Occidente, ya que la campaña se realizó en forma enconada y peligrosa para la paz de Sinaloa. Los presbíteros licenciado Francisco de Orrantia y Br. Antonio Fernández Rojo, que eran candidatos y pertenecían al grupo enemigo de Fray Bernardo, sufrieron percusiones por parte de éste. Al primero de ellos que servía en el curato de El Fuerte, se le encarceló por un motivo baladí, mientras que al segundo se le suspendió en sus funciones como párroco de Culiacán.
Iriarte pidió al alcalde 1º de este último lugar que amparase a Fernández Rojo, y como el grupo afecto al obispo maniobró abiertamente par que anulasen las elecciones en el Partido de la Villa de Sinaloa, puso los hechos en conocimiento del gobierno federal, el que ordenó activarse la instalación del Congreso Constituyente, así que de inmediato mandó se pusiese en libertad al licenciado Orrantia y a Fernández Rojo, quienes pudieron marchar a El Fuerte para desempeñar la comisión.
Instalado el Congreso, nombró vicegobernador a don Francisco Iriarte, pese a las propuestas de enfermedad, ocupaciones e incapacidad que el agraciado presentó para no ser nombrado, y al celebrarse las lecciones para autoridades constitucionales, los pueblos lo eligieron para que ocupara nuevamente el cargo, habiendo sido llamado para que desempeñara el Poder Ejecutivo, por renuncia que hizo el titular coronel Simón Elías González.
La rebelión de los yaquis y mayos, que puso en peligro la estabilidad del gobierno en El Fuerte, hizo que los poderes se trasladaran a la villa de Cosalá, donde se iniciaron los sucesos que dieron lugar a la larga pugna que sostuvo el vicegobernador con las legislaturas de occidente.
Todo comenzó al votarse el cambio de la capital a Culiacán, al que se opusieron varios diputados; la violencia llegó al grado de que varios de los legisladores abandonaron el recinto, dejando sin quórum a la asamblea durante varios meses.
El pueblo de la villa de Cosalá se amotinó protestando por el cambio, cosa que alarmó a la Legislatura y la hizo huir y refugiarse en la villa de San Sebastián, pero habiendo encontrado la protección del coronel Mariano Paredes Arrillaga, depuso al vicegobernador y mudó la residencia del gobierno a Álamos. Esta circunstancia motivó que los sinaloenses solicitaran la división del Estado, petición a la que se opuso la Legislatura a pesar de que los ayuntamientos de la entidad se mostraban favorables al proyecto.
La etapa del pleito de Iriarte contra la asamblea legislativa para que se le repusiera en la vicegubernatura fue la más amarga y agitada de su vida. La corte de Justicia del Estado falló dos veces en su favor, pero la situación se encontraba en un momento muy candente y los diputados llenos de soberbia mostraron gran repudio al cosalteco Iriarte; se negaron al acatamiento de las decisiones de aquel alto cuerpo, así que don Francisco, apuntalado por su poder económico, por el afecto que los pueblos le tenían y por justicia de la causa continúa en la lucha contra el Congreso.
Nuevamente algunos legisladores de Sonora y Sinaloa, solicitaron la división del Estado en el año de 1827, mostrando objetivamente los motivos que había para que se llevara al cabo, mas no lograron que se escuchara la petición en forma positiva.
El Congreso Nacional, por su parte, ordenó al Congreso del Estado la reposición de don Francisco, pero se negó a acatar el fallo. Esta actitud de los legisladores terminó con la paciencia del pueblo que empezó sus ataques al gobierno, acusándolo de inmoralidades y de arbitrariedades, señalando los casos siguientes:
El del gobernador José María Gaxiola; a quien se encontró un desfalco de 20 mil pesos como arrendamiento de diezmos de El Rosario; el de haber aceptado como diputado a don Antonio Almada, a pesar de que su elección había sido irregular, y el de acumular poderes administrativos y militares en el también diputado Carlos Cruz de Echeverría.
Los brotes de inconformidad se multiplicaron y apareció la violencia en Culiacán, Cosalá, San Javier y Guaymas. Pero el Congreso se mantuvo firme en su actitud de intransigencia con el apoyo del jefe de las armas, general José Figueroa.
En agosto de 1829, don Leonardo Escalante expidió el Plan de Aconchi, pidiendo la reposición de Iriarte, la salida del gobernador Gaxiola y el desconocimiento de las autoridades que habían sido electas en forma anticonstitucional. Gaxiola dimitió, pero la legislatura se limitó a expedir un decreto en que se establecía que quedaba olvidado todo lo relativo a la división de la entidad y a la reposición del vicegobernador siempre que los levantados depusieran su actitud hostil.
Ante la presión popular, el general Figueroa retiró su apoyo a la Legislatura tuvo que humillarse y en octubre de 1829 Iriarte tomó posesión del gobierno, separándose en marzo de 1830 en que se lo entregó a don Leonardo Escalante que había sido electo vicegobernador.
La tremenda lucha sostenida por don Francisco Iriarte terminó con una magnifica victoria, pero como había sido el alma del movimiento separatista, su mayor triunfo fue la división del Estado, para que Sinaloa y Sonora quedaran como estados de la federación y el 30 de enero se verificó la elección para diputados constituyentes que habían de reubicarse en Culiacán.
A don Francisco Iriarte podemos calificarlo en forma acertada de tenaz en sus decisiones y en sus luchas. Su pugna con la Legislatura le llevó varios años en los que en su mayor parte se vio no solamente humillado, sino hecho polvo por sus enemigos. Sin embargo, su voluntad de vencer y su fe en la causa que representaba le llevaron al triunfo. Victorioso no tomó venganza de sus enemigos, lo que indica una nobleza espiritual.
Al decretarse la erección del Estado de Sinaloa, pese a no ser cabeza de partido alguno, era el amo y señor de la política, pero desgraciadamente no pudo ejercer la hegemonía que tenía en las manos, en virtud que tuvo que marchar a México, D. F., en busca de salud cuando el nuevo Congreso de la entidad naciente lo había nombrado gobernador. Viejas dolencias, la pasada lucha que sostuvo y el matrimonio de la hija minaron su fortaleza física y le llevaron a la tumba, lo cual cambió el panorama político de Sinaloa.
Don Francisco, el Padre del Estado de Sinaloa, una de las grandes figuras políticas sinaloenses, murió el 17 de septiembre de 1832.
Su nombre, enmarcado en letras de oro, se encuentra colocado en el frontispicio de la Cámara de Diputados local.
Luis Pérez Meza
Ignacio PérezMeza(Cosalá, Sinaloa; México, 1917 - Guasave, Sinaloa; México, 9 de junio de 1981), más conocido como Luis Pérez Meza o El Trovador del Campo fue un cantante, boxeador y actor mexicano.
Luis Pérez Meza, cuyo nombre de pila fue Ignacio (lo cambió por el de un hermano prematuramente muerto) nació en La Rastra, municipio de Cosalá, Sinaloa. Las fuentes difieren en cuanto al día de nacimiento (mayo o julio de 1917) hijo de Zenón o Simón Pérez e Isabel Meza.
En 1925 comenzó los estudios en Culiacán y entre 1931 y 1935 realizó sus primeras actuaciones formando parte del dúo "Chico y Nacho" con Francisco Anzures Parra Compaginó con esta carrera la de boxeador en la que tenía el sobrenombre de Kid Mundial y en la que se le acreditan al menos sesenta nocaut. En 1936, además de componer su famoso tema "El Barzón", canción antecedente de la música de protesta, realizó una gira que le llevó por Guadalupe Reyes para cantar y a Tijuana, Sonora, Los Mochis, Culiacán, Cosalá y Mazatlán para boxear.
El dúo "Chico y Nacho" se transformó en quinteto al añadirse Francisco Sandoval y sus hermanos Luis y Emilio, grupo al que bautizaron como "Los Parrangos" y que tendría breve duración. A principios de los años 40 debutó como solista en la XESA de Culiacán y Tijuana. En 1943 viajó a México para darse a conocer.
No fueron tiempos fáciles para Luis que tras mucho deambular tocando en bares y fiestas familiares obtuvo el reconocimiento en la XEW, gracias a su inclusión en el programa "Fiesta Ranchera" que conducía Matilde Sánchez, "La Torcacita". Según algunos fue en ese periodo cuando recibió el sobrenombre de El Trovador del Campo, si bien otros aducen que este pseudónimo lo recibió de Pedro de Lille ya en 1952.2 En esa misma etapa Pérez Meza estudió canto conBeatriz Pizzarni con la idea de debutar en la ópera pues su voz de tenor parecía prometedora. Sin embargo, la música popular lo atrajo y en 1944 se integró como primera voz en el "Cuarteto Metropolitano" de Felipe Bermejo.
En 1945 viajó a las islas de Guam y Iowa de Filipinas y a Hawái para cantar a los militares mexicanos del Escuadrón 201 que participó en la Segunda Guerra Mundial. En mayo de 1946 cambió definitivamente su nombre artístico por el de "Luis Pérez Meza" a sugerencia de los ejecutivos de la XEW. Al año siguiente formó el trío Culiacán junto con "el Negrumo" y "El Gordo Villarreal" y con el sello RCA Víctor grabó El Charro Alegre y Bonito Montemorelos. Entre 1947 y 1949 vivió enMadrid, donde se le conoció como La voz de oro de América.
Fue cofundador de la Asociación Nacional de Actores, la ANDA, y filmó en 1948 "Allí en el Rancho Grande" junto con Jorge Negrete, bajo la dirección de Fernando de Fuentes. Felipe Valdez Leal lo contrató para que grabara con el mariachi Vargas, para la Columbia, su primer LP que contiene canciones como La Rondalla, Al morir la tarde y El carro del sol.
Fue en 1951-52 cuando decidió cantar música campirana con Banda sinaloense: las dos primeras canciones que interpretó en ese estilo fueron India bonita y El sauce y la palma. Al mismo tiempo continuó sus apariciones en el cine actuando con Pedro Armendáriz en las películas La Casa Colorada y Juan Charrasqueado. Entre 1958 y 1962 El Chano Urrueta lo dirigió en otras ocho películas.
A lo largo de su carrera trabajó con los Guamuchileños de Culiacán, El Recodo de Don Cruz Lizárraga, Los Sirolas, Los Quiñónez de La Cruz, la banda de Tepuxta, Los Tierra Blanca, La Costeña y la banda de Porfirio Amarillas. Con la Costeña de Ramón López Alvarado es con la que mantuvo un mayor recorrido artístico pues realizó con ella giras durante más de 15 años. Dado su éxito y su calidad vocal, múltiples compositores crearon canciones especialmente para su voz: Alfonso Esparza Oteo (La Rondalla, Canción del Corazón), Melo Díaz (Que me entierren con la Banda), Ventura Romero (Madrigal), Enrique Sánchez Alonso (El Gallo de Oro), Felipe Bermejo (Al morir la tarde).
Luis Pérez Meza cantó por última vez en el bar Teacapán de Guasave. Murió el 9 de junio de 1981. Sus restos descansan en el panteón Jardín de la Ciudad de México. Su herencia musical es compartida por su familia pues todos sus hermanos -Emilio, Luis, Moisés y José Antonio- fueron también cantantes. Del mismo modo siguieron los pasos artísticos de su padre su hija Elisa Pérez Meza, a quien en Sinaloa llaman La Trovadora, así como su hijo Jorge Luis Pérez Meza.
Sobre Luis Pérez Meza la Universidad Pedagógica Nacional publicó en 1992 el libro "Y sigue la yunta andando" de Hernando Hernández y Difocur-Sinaloa en 2001 "El amor de las Isabeles", de Leonor Mena.
viernes, 4 de abril de 2014
heraclio bernal
Heraclio Bernal fue un bandolero y salteador de caminos sinaloense, en quien Pancho Villa se inspiraría al inicio de la Revolución Mexicana.
Heraclio Faustino Petronilo Bernal Zazueta, conocido como "El rayo de Sinaloa", hijo de Jesús Bernal y Jacinta Zazueta, nació en el seno de una familia de labradores acomodados, en el pueblo de Chaco del municipio de San Ignacio del estado de Sinaloa el 28 de Junio de 1855, donde aprendió las primeras letras de la mano del profesor Ángel Bonilla, quién le enseñó historia regional e inició su admiración por Benito Juárez influenciado por su padre, para después a los doce años, ser enviado a Durango donde terminó la instrucción primaria para luego pasar al Seminario donde estudió hasta los dieciocho años, cuando murieron sus padres y un tío se lo llevó a vivir con él al pueblo minero de Guadalupe de los Reyes donde le consiguió empleo en la compañía minera.
Ahí, a base de inteligencia, dedicación y honradez logró ser ascendido a un puesto de confianza hasta que por una traición preparada por uno de sus compañeros de trabajo; quién también le quitó la novia, fue acusado injustamente del robo de unas barras de plata y enviado a la cárcel a Mazatlán con una sentencia de diez años.
En la cárcel conoció a un español socialista que le facilitó la lectura de textos de Marx, Bakunin, Lassalle , Saint- Simón, Owen y Proudhon, además de libros de sociólogos católicos alemanes. De esas lecturas, Bernal hizo una amalgama de ideas en las que concluía que "todas las riquezas eran producto del robo y los ricos unos ladrones, que tenían en la miseria a los trabajadores, legítimos dueños de las riquezas que con su sudor se producían".
Escapó como pudo de la cárcel y se dirigió a Guadalupe de los Reyes donde cobró venganza del traidor y luego reunió a un grupo de ex - compañeros de prisión y empezó a realizar sus primeros asaltos a diligencias de hacendados.
Tiempo después se dirigió al pueblo de Arroyo Seco donde escuchó que el gerente de la compañía minera trataba bien a los trabajadores y aplicaba las ideas que había aprendido en la cárcel. Ahí conoció al Sr. Lorenzo Salazar y al Fraile Bernardo que eran quienes aplicaban tales ideas en el pueblo y con quienes entabló una gran amistad.
Después de un tiempo de dedicarse a asaltar diligencias y haciendas para repartir lo robado entre la población necesitada y poner en evidencia a los hacendados porfiristas, Bernal decidió dedicarse a la agricultura y con parte del dinero robado, compró el rancho "El Maguey" luego de conseguir un salvoconducto del Gobernador de Durango. Pero al tiempo al ser hostigado por miembros de la "acordada" e intentar matarlo en su rancho decidió aceptar la invitación que le hiciera con insistencia el General Jesús Ramírez Terrones para iniciar una revolución contra el gobierno porfirista, se fue de nuevo a las armas dando inicio a una serie de asaltos a poblaciones mineras en las que se contaban: San Andrés de la Sierra, Topia, Cantarranas, Tamazula, Gavilanes, El Pilar, Basis, Sapioris, Tayoltita, Guarizamei, La Candelaria, ventanas, El Oro y Pueblo Nuevo dando duros reveces a los ejércitos del dictador.
Al lado del general Ramírez tomó por asalto el mineral de El Rosario y el puerto de Mazatlán destacándose por su astucia y estrategia militar. El General Díaz envió al coronel Bernardo Reyes a recuperar Mazatlán quién desalojó a los revolucionarios persiguiéndolos hasta Nayarit donde dio muerte al general Ramírez terrones dando fín a la intentona de revolución. Bernal se salvó de morir porque en la huida de Mazatlán tomó otro rumbo evitando la persecución de las fuerzas gobiernistas.
A partir de entonces Bernal reinició sus andanzas de salteador de diligencias, cuando en una ocasión se asaltó una que viajaba de Mazatlán a Culiacán en la que encontró una valiente resistencia de un hombre alto y rubio quién apoyado por su esposa que le reabastecía las pistolas, resistió el ataque de los bandidos hasta que se le acabó el parque y resultando heridos.
Al terminar la refriega los compañeros de Bernal se acercaron a la diligencia con la intención de rematar al matrimonio, pero Bernal les ordenó que los dejaran en paz – "a un gringo tan valiente se le respeta, no se le mata", les dijo-, ordenándoles que les curaran las heridas y los escoltaran hasta las afueras de Culiacán para evitar fueran asaltados de nuevo. El supuesto gringo que Bernal confundió era nada menos que el alamense Benjamín Hill Salido, padre del famoso general sonorense del mismo nombre, que tuviera destacada presencia en la revolución que se avecinaba.
Los hacendados de la región cansados de los asaltos de Bernal, se organizaron para ofrecer $10,000.oo de recompensa por la vida del revolucionario y como estrategia para hacerlo detener, acusaron falsamente a su tío de un delito, ofreciendo ponerlo en libertad a cambio de la entrega de Bernal, pero mientras este decidía que hacer, el Tío fue fusilado impunemente.
Esto incrementó mas el odio de Bernal hacia los ricos y el gobierno, que lo llevó a reiniciar la revolución en compañía del general García de la Cadena, quién intentaba ser Presidente de la República enarbolando la bandera de la "no reelección" e invitó a Bernal a secundarlo a cambio de ofrecerle la gubernatura de Sinaloa. García de la Cadena inició su movimiento en Zacatecas y Bernal en Topia, Durango desde donde publicó una proclama llamada el Plan de la Rastra, donde sostiene el restablecimiento de la Constitución de 1857, desconociendo al gobierno de Díaz y declarando jefe de la nueva revolución al general García de la Cadena. Al grito de ¡ Viva Bernal! Se inició realizó la toma de San Andrés de la Sierra.
Para entonces el general Díaz había oído muchas historias acerca de este singular personaje por lo que ordenó una campaña en su contra , indicando que se lo trajeran vivo ante su presencia. Cuando Bernal ya controlaba toda la parte oriental del estado de Sinaloa, todo Tepic, el occidente de Durango, y la parte sur de Chihuahua. A su vez, el general Díaz ordenó la persecución de García de la Cadena quién fue aprehendido en Zacatecas, y muerto sin mayor consideración por el coronel Atenógenes Llamas, argumentando que había tratado de escapar.
Ante esta situación, Bernal comunicó a sus seguidores y a los del general García de la Cadena que él continuaría al frente de la revolución lanzando su Plan de Conitaca en 1887, bajo el lema de " Justicia y Libertad", en el que figuraba en primer término el desconocimiento de Díaz como presidente, la promesa de redimir al pueblo trabajador de la condición de esclavo en que se hallaba hasta entonces, instruyéndolo, mejorando sus salarios y moralizándolo, se pedía además la supresión de las Jefaturas Políticas, por estar servidas por bandidos, se condenaba la campaña de despojo emprendida por el gobierno contra la nación yaqui, a la que le prometía devolverle sus tierras, se protestaba contra la ley de Baldíos expedida recientemente y se hacían otras promesas, entre ellas las de " no reelección".
Díaz comisionó al General García para llevar a cabo la campaña contra Bernal, iniciándose esta en el sur de Sinaloa, la que resultó bastante azarosa ya que Bernal, que conocía el terreno como la palma de su mano, trajo a las tropas de García de arriba hacia abajo persiguiéndolo sin poder darle alcance por mas de un año. Las tropas de garcía ante fracaso y fracaso, optaron por desquitarse con la población inocente los reveces recibidos de parte del revolucionario, cometiendo barbaridad y media por los pueblos donde pasaban. ante esta situación, Bernal decidió detener su lucha, comunicándole al general García en una carta su decisión de licenciar sus tropas y suspender los asaltos a las empresas mineras, a cambio de que el general suspendiera sus atropellos contra la población inocente. Enviando copia de la misiva al presidente Díaz, los gobernadores de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua.
Una vez licenciadas las tropas, Bernal decidió refugiarse un tiempo para luego trasladarse a vivir a Estados Unidos un tiempo para después regresar a México, una vez que hubiese terminado su persecución. Para lo cuál se dirigió; en compañía del hombre de mas confianza y su esposa, a un lugar llamado Cerro Hueco donde tenía enterradas unas barras de plata que pensaba utilizar en su exilio, pero en el trayecto los sorprendió una nevada y Bernal se enfermó de una severa pulmonía, por lo que decidió pasar un tiempo en la cueva, durante su convalecencia.
El jefe de la acordada de Durango, Octavio Meras, no desistía en su intención de acabar con Bernal, por lo que averiguó a través de la amante de Crispín García, su compadre y amigo de mayor confianza, quién en una borrachera inducida por su amante, descubrió el escondite de Bernal.
Meras inició inmediatamente la búsqueda del lugar, dando con él, el día 5 de enero de 1888 y después de una refriega contra Bernal enfermo, en la que el militar perdió a veintidós de sus hombres, dio muerte a Bernal sin piedad alguna.
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